Este visionario del reciclaje transformó una modesta iniciativa familiar en Norte Verde SpA, empresa líder en el reciclaje de metales en Chile. Su camino, desde el trabajo con cartones en Conchalí hasta la innovación en la recuperación de chatarra electrónica, ejemplifica la unión de tradición, sostenibilidad y adaptación empresarial.
Alejandro Hernández Toro, el actual Director Comercial de Norte Verde SpA, representa una generación en una fascinante historia familiar de emprendimiento y evolución en el reciclaje, una industria clave para la sostenibilidad ambiental.
Su narrativa comienza en las calles de Conchalí, en 1938, con Bermesí Hernández, su abuelo, recogiendo papel y cartón con un carretón tirado por caballos. Este humilde inicio marcó el comienzo de una empresa familiar que se transformaría en un gigante del reciclaje de metales en Chile.
“Mi abuelo fue un pionero en el reciclaje de papel. Era un hombre trabajador y visionario, que supo aprovechar los recursos que tenía a su alcance. Siempre me inspiró su ejemplo de perseverancia y dedicación”, dice Alejandro, recordando a su abuelo con orgullo.
El negocio, inicialmente centrado en la recolección de papel, fue heredado y diversificado por la hija mayor de Bermesí. Posteriormente, en la década de 1970, el padre de Alejandro y su tío tomaron las riendas de un nuevo negocio de reciclaje, también dedicado al papel y cartón.
Alejandro, incluso antes de completar sus estudios universitarios, ya estaba profundamente involucrado en la empresa familiar. Tras egresar como Contador Auditor, jugó un papel crucial en la transición del negocio familiar hacia el reciclaje de metales, adaptándose a las cambiantes demandas del mercado.
“Desde pequeño me gustaba acompañar a mi padre y a mi tío al trabajo. Me fascinaba ver cómo transformaban el papel en nuevos productos. Aprendí mucho de ellos, sobre todo el valor de la innovación y la adaptabilidad. Cuando terminé la universidad, quise aportar con mis conocimientos y habilidades al crecimiento de la empresa”, comenta Hernández, explicando su motivación para unirse al negocio familiar.
Una apuesta por el reciclaje de metales
La decisión de diversificar hacia el reciclaje de metales surgió a principios del 2000, cuando el mercado del papel comenzó a decaer. Alejandro y su familia vieron una oportunidad en el reciclaje de metales, como el acero, el cobre, el bronce y el aluminio.
La estrategia fue exitosa en poco tiempo, por lo que convirtieron a la empresa familiar en el líder a nivel nacional, reciclando y exportando grandes cantidades de metal a países con industrias metalúrgicas avanzadas.
“Nos dimos cuenta de que el reciclaje de metales era una actividad con mucho potencial, tanto económico como ambiental. Los metales son materiales que se pueden reciclar infinitamente, sin perder sus propiedades. Además, el reciclaje de metales ahorra energía, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuye la explotación de recursos naturales. Es una actividad que beneficia a todos: a la empresa, a la sociedad y al planeta”, afirma Alejandro, destacando las ventajas del reciclaje de metales.
Un modelo de negocio innovador y sostenible
En 2013, Alejandro Hernández, con una visión innovadora y sostenible, se separó de sus hermanos y fundó Norte Verde SpA, llevando la experiencia y tradición familiar a un nuevo nivel.
La empresa, con operaciones desde Coquimbo hasta O’Higgins, no solo se ha centrado en el reciclaje de metales tradicionales, sino que también ha incursionado en la recuperación de chatarra electrónica, un segmento emergente y crucial para el reciclaje en la era digital.
“La chatarra electrónica es un tipo de residuo que está creciendo exponencialmente, debido al constante avance de la tecnología y al aumento del consumo de dispositivos electrónicos. La chatarra electrónica contiene metales valiosos, como el oro, la plata y el platino, que se pueden recuperar y reutilizar”, explica Hernández Toro.
Alejandro comenta que sin embargo, la chatarra electrónica puede contener sustancias tóxicas, como el plomo, el mercurio y el cadmio, que pueden contaminar el medio ambiente y afectar la salud de las personas. Por eso, es muy importante gestionar adecuadamente la chatarra electrónica, y nosotros queremos ser parte de la solución.
Alejandro también ha integrado prácticas empresariales éticas y sostenibles en Norte Verde. La empresa ha implementado un modelo de prevención del delito para asegurar la procedencia legítima de los materiales reciclados, reforzando su compromiso con la responsabilidad ambiental y social.
Este enfoque ha convertido a Norte Verde en una empresa líder en el mercado de reciclaje de metales, no solo por su capacidad operativa sino también por su integridad y ética empresarial.
“Para nosotros, el reciclaje no es solo un negocio, es una forma de vida. Queremos hacer las cosas bien, respetando la ley, el medio ambiente y la comunidad. Creemos que el reciclaje es una actividad que genera valor, no solo económico, sino también social y ambiental. Por eso, trabajamos con transparencia, calidad y profesionalismo, buscando siempre la satisfacción de nuestros clientes y proveedores”, declara Alejandro.
La historia de Alejandro Hernández Toro y Norte Verde SpA es un testimonio del poder de la innovación, la adaptabilidad y la ética en los negocios. Desde sus humildes comienzos en Conchalí hasta convertirse en una empresa líder en reciclaje de metales en Chile, Norte Verde SpA simboliza cómo una empresa puede crecer, adaptarse a los tiempos y contribuir significativamente a la sostenibilidad ambiental.